No había tomado en cuenta el ausentismo salvadoreño, el cual quizá les preocupa, más aún cuando si bien el voto es obligatorio, no es compulsivo, pues la omisión al sufragio no se castiga con multa alguna y ello hace que el electorado no tenga temor alguno en no concurrir a sufragar.
Como vemos en el cuadro, en las últimas siete elecciones nacionales ocurridas desde el 2012, el promedio de ausentismo electoral en El Salvador ha sido de 51%, lo cual permite deducir que sus mesas de votación solo atenderían un promedio de 350 votantes en la jornada electoral, lo cual hace la gestión más manejable.
Empero, queda la inquietud sobre si una participación así resta alguna legitimidad a los resultados de los comicios, preocupación que también debemos asumir para el caso peruano, el cual si bien, aún se mantiene en un promedio cercano al 21%, ha tenido un pico importante en las elecciones generales del 2021, y debemos estar atentos. Ver cuadro de balance.